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San Martín Caballero, patrón de los caballos

El santo de los animales y otros santos protectores
San Martín de Tours, también conocido entre los hispanos como San Martín Caballero por su vinculación con los caballos, se reconoce patrón de ellos. Nace en Italia de padres paganos, pero él muy pronto se convirtió al Cristianismo, ya en su adolescencia. Fue perseguido por ello aunque se mantuvo fiel a sus convicciones.

Vivió entre los años 316 y 397, en la antigua Alta Pannonia, lo que hoy es Hungría y la antigua Galia (Francia).

Tuvo muchas visiones proféticas y protagonizó muchos milagros de sanación, curando a un leproso con un beso y resucitando a tres personas de entre los muertos después de que Martin rezara por ellas.

Cuando era un soldado en el ejército romano en la antigua Galia, yendo a caballo por un bosque, se encontró con un mendigo. No tenía dinero, pero se apercibió de que el mendigo tampoco tenía suficiente ropa para protegerse del frío. Martín partió a la mitad su capa y entregó una mitad al mendigo; y más tarde, San Martín tuvo una visión en la que Jesús llevaba puesta su capa, como indicando que lo que se hace para favorecer a los más débiles, en realidad es a Jesucristo a quien se hace.

Tomó conciencia de que su tarea era convertir al cristianismo a los paganos y, una vez hubo convencido a un grupo de paganos de que talasen un árbol al que habían adorado, poniéndose en el punto en el que caería el árbol, Martín rezó para que Dios lo salvase y así poderles demostrar a los paganos el divino poder. El árbol milagrosamente se desvió cayendo al suelo sin herir a Martín. De esta forma los paganos que allí fueron testigos creyeron en Jesucristo.

En otra ocasión un ángel ayudó a San Martín a convencer al emperador de Alemania para liberar a un preso condenado a muerte. El suceso aconteció cuando el ángel se apareció al emperador para anunciarle que San Martín, en camino, se disonía a pedirle la liberación del preso. A la llegada de Martín ante el emperador, éste accedió viendo la milagrosa aparición del ángel que lo había puesto en antecedentes.

Es el patrón de los caballos, pero además lo es de los jinetes, también de los soldados calvario, de los mendigos, los pobres y los que los ayudan, también de los gansos, de los alcohólicos y los que los ayudan; de los hoteleros y las personas que hacen vino.








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