Francisco de Asís sentía y trataba a los animales como sus hermanos, ya que son, como el hombre, -animal también-, criaturas de Dios, nacidos de la misma mano de un mismo Creador de todo lo existente. Prdicó con su ejemplo y se afanó en explicar que no maltratar ni hacer daño a los animales es el primer deber de un humano, pues las personas tienen la misión superior de estar al servicio de ellos. Sin duda el Evangelio apoya esta aseveración, quien más tiene más tiene que dar; los últimos serán los primeros; quienes tienen más poder deben usarlo para proteger a los más débiles y no al revés. San Francisco hablaba y predicaba a los pájaros y bandadas de aves se reunían ante el santo mientras él hablaba. En el libro Las Florecillas menciona San Francisco que los pájaros lo escuchaban atentamente: "San Francisco alzó los ojos, y vio en los árboles una gran multitud de aves; y muy sorprendido, le dijo a sus compañeros: ‘Espérenme aquí, mientras voy a predicar a mis herman...