Tres crías de búho de unas cuatro semanas de edad se acurrucan, tras quedarse huerfánas, bajo las tiras de una fregona en el Centro de Rescate de Vida Silvestre de Somerset (Gran Bretaña). El citado utensilio doméstico se ha convertido en el verdadero refugio de estas diminutas criaturas porque las citadas tiras imitan a las alas de la mamá que no tienen. Al parecer, fué casual lo su cedido, ya que el personal no sabía de las posibles propiedades maternales de una fregona. Pero, al ver cómo las crías buscaban calor en ella, cayeron en la cuenta. En el caso que nos ocupa - y teniendo en cuenta de que ambas aves son rapaces - no cabe decir "cada mochuelo a su olivo" para señalar la hora de recogerse, sino "cada búho a su fregona"... Fuente: Saca La Magia.