Precedente, lágrimas e incondicionalidad.
Estas tres palabras se entrelazan en una sola noticia. Un juez del norte de Italia reconoció jurídicamente la relación afectiva entre las mascotas y los hombres. Por esto, autorizó que un perro visite a su dueña en un hospital.
Este hecho de trascendencia judicial comenzó cuando una mujer enferma pidió que su perro la acompañe durante su internación. Los directivos del nosocomio se negaron, pero la paciente recurrió a la Justicia.
La extensa sentencia que firmó el magistrado Giuseppe Buffone se aglutina en una sola frase: “El sentimiento por los animales constituye un valor y un interés garantizados por la Constitución”.
Además, el letrado bregó por un cambio en la mentalidad de sus compatriotas y propuso que “el Estado y las Regiones promuevan la integración de los programas didácticos de las escuelas para lograr una efectiva educación de los alumnos en materia de etología de los animales y de su respeto”.
LA HISTORIA CONMOVEDORA
Este caso jurídico nos remonta a una situación que conmovió corazones mascoteros de todo el mundo en septiembre del año pasado.
Un perro corrió 50 kilómetros para reencontrarse con su dueña que estaba internada por un derrame cerebral. Casey, que estaba al cuidado de sus vecinos, decidió salir a buscarla.
Por ese instinto casi indescriptible, ese que sólo los amantes de los animales comprenden, sesenta días después la mascota arribó al instituto donde Kelly, de 91 años, estaba internada. Por la noche, una enfermera del lugar vio al animal, que estaba agotado, intentando entrar a las instalaciones.
El día siguiente, el esposo de Kelly lo encontró y consiguió que volviera a los brazos de su dueña. El reencuentro fue emotivo. El amor, eterno.
Fuente: Pocas Pulgas