En la casa se utilizan artículos de uso cotidiano y substancias que pueden ser peligrosas tanto para animales humanos como no humanos. Si tenemos perro, debemos cuidar su seguridad y su salud porque es un miembro más de la familia y es nuestra responsabilidad.
Los perros, -que son como los niños-, pueden ingerir sustancias y objetos de todo tipo que encuentren y llamen su atención, poniéndolos en grave riesgo y llegando incluso a poder producir un fatal desenlace. Por eso hay que tener claro cuáles son los peligros que existen en el hogar, porque son riesgos de envenenamiento para nuestro perro, entre otras desgracias.
En la cocina, debemos saber que muchas comidas de consumo humano pueden ser perjudiciales, dañinas y potencialmente letales para nuestro perro. Nunca debe estar a su alcance el cubo de la basura, que es algo que siempre suscita su curiosidad; debe evitarse el contacto con granos de café, uvas pasas o frescas, chocolate, masa de levaduras, cebollas, té, sal, alcohol, chicles, ajo, refrescos que contengan xilitol, aguacate; la comida en mal estado contiene bacteria y mohos que podrían producir alergia, intoxicación y envenenamiento. Todas estas sustancias tienen algún tipo de contraindicación, algunas evidentes como el chicle o los granos de café que pueden tragar con fatal desenlace.
Hay que tener fuera del alcance de los perros los productos de limpieza porque pueden ser causa de envenenamiento o intoxicación. Deben seguirse estrictamente las indicaciones que los fabricantes del producto indican en su ficha técnica y no usarlos cuando ellos estén cerca, además de guardarlos en lugares de almacenamiento apropiados.
Las lejías y los desinfectantes pueden sanear la casa pero, ser blanqueadores de la ropa, pero por su composición son extremadamente peligrosos. Su proximidad o ingesta pueden producir cuadros de babeo, diarrea, irritación de estómago, vómitos, quemaduras tanto por contacto como por ingesta quemando e irritando el tracto respiratorio, o también si es inhalado con alta concentración. Todos los productos de limpieza deben quedar guardados en un mueble seguro fuera del alcance de nuestros perros, deben estar claramente identificados y herméticamente sellados.
No podemos descuidarnos en el uso de insecticidas o producto para prevenir la aparición de roedores. En estos casos se deben leer con atención las indicaciones del fabricante antes de usarlo. Si tenemos productos que contengan la indicación de su exclusivo uso para perros, para prevención de pulgas y otros insectos, de ninguna forma debemos darles otro uso, no lo usaremos en gatos por ejemplo, aunque sean mascotas también, son otra especie y tienen otras características.
Siempre hay que hacer caso del profesional médico veterinario, la medicina animal clarificará las dudas y conceptos que no tengamos claros, la ingesta de raticida y otros productos puede causar muerte por envenenamiento. Hay que consultar rápidamente al veterinario para que diagnostique, ya que su efecto puede ser rápido y fatal; algunos venenos son lentos y su acción los confunde con deficiencias del organismo del animal, es por esto que necesitamos asesoramiento técnico en la materia, antes de comprobar la rigidez cadavérica característica de los casos de envenenamiento.
No se pueden suministrar medicamentos para humanos a nuestro perro sin consultar antes con el veterinario, ya que existen productos cuyo uso sirve para ambas especies; y como norma “mantener fuera del alcance de los perros”.