En la ración de cría, las proteínas se deberán encontrar en porcentaje mayor a la ración de mantenimiento. Se
producen variaciones en este porcentaje dependiendo de los días que tengan las
crías de jilguero, ya que las necesidades proteínicas de una cría de unos tres días por
ejemplo y de otra de treinta días son diferentes ligeramente. Igualmente durante
la fase de puesta y de incubación, las necesidades de proteínas son inferiores
(20%) que durante la alimentación de las crías (25%).
Para que una pasta de cría sea buena deberá tener proteínas de origen tanto animal como vegetal, así como un porcentaje de grasa entre el 6% y el 10%. Las pastas no deberán ser excesivamente grasas, ni tampoco ser hiperproteicas porque el exceso de ambos nutrientes para los jilgueros es perjudicial, pudiendo producir en el pájaro enteritis, gota visceral, hepatitis, etc.
Será preferible que la pasta tenga una textura granulosa en lugar de una textura muy fina, para el ave es más apetecible.
Nosotros mismos podemos elaborar la pasta de cría aunque también puede ser adquirida ya preparada y envasada al vacío; y se les puede mezclar la pasta de canarios a un 60% con la pasta de insectívoros a un 40%.
Incluso podemos incorporar semillas ya germinadas de nabina, negrillo, cañamón, etc., aunque durante el proceso deberán ser bien lavadas y cribadas; así como administrar algún producto inhibidor del crecimiento de hongos, lo que se consigue con algunas gotas de ácido propiónico o de yodo.
Las plantas silvestres son aconsejables durante la preparación de los jilgueros reproductores. En la fase de crecimiento aumentan también las necesidades de minerales, que cuales son necesarios para que el esqueleto se pueda formar bien y así evitar la carencia de calcio y de fósforo. Para ello la dieta ha de ser rica en biomoléculas orgánicas.
Debe saberse que las hembras en puesta necesitan más dosis de minerales, por esto, además del grit, les facilitaremos huesos de jibia.
En el período de preparación de los reproductores y la cría es muy aconsejables añadir suplementos periódicos de vitaminas A, D3, E y C, que previenen esterilidad y abortos, mejorando el crecimiento e incrementando las defensas frente a las infecciones.
Buen complemento alimenticio es el huevo duro, el pan rallado integral, la harina de maíz y las semillas ya germinadas o hervidas de oleaginosas. Los progenitores deberán estar habituados a la alimentación que les vayamos a ofrezcer a las crías. Los jilgueros progenitores en época reproductora ofrecen a sus crías insectos y larvas de gusanillos u orugas, por lo que también les suministraremos larvas de Tenebrio molitor y/o de otros insectos como pulgones, huevos de hormiga, lombrices pequeñas, etc., para aumentar la ración de proteinas en el periodo de crecimiento de las crías. Los alimentos deberán, por supuesto, ser frescos y deberán ser renovados varias veces al cabo del día.
Para que una pasta de cría sea buena deberá tener proteínas de origen tanto animal como vegetal, así como un porcentaje de grasa entre el 6% y el 10%. Las pastas no deberán ser excesivamente grasas, ni tampoco ser hiperproteicas porque el exceso de ambos nutrientes para los jilgueros es perjudicial, pudiendo producir en el pájaro enteritis, gota visceral, hepatitis, etc.
Será preferible que la pasta tenga una textura granulosa en lugar de una textura muy fina, para el ave es más apetecible.
Nosotros mismos podemos elaborar la pasta de cría aunque también puede ser adquirida ya preparada y envasada al vacío; y se les puede mezclar la pasta de canarios a un 60% con la pasta de insectívoros a un 40%.
Incluso podemos incorporar semillas ya germinadas de nabina, negrillo, cañamón, etc., aunque durante el proceso deberán ser bien lavadas y cribadas; así como administrar algún producto inhibidor del crecimiento de hongos, lo que se consigue con algunas gotas de ácido propiónico o de yodo.
Las plantas silvestres son aconsejables durante la preparación de los jilgueros reproductores. En la fase de crecimiento aumentan también las necesidades de minerales, que cuales son necesarios para que el esqueleto se pueda formar bien y así evitar la carencia de calcio y de fósforo. Para ello la dieta ha de ser rica en biomoléculas orgánicas.
Debe saberse que las hembras en puesta necesitan más dosis de minerales, por esto, además del grit, les facilitaremos huesos de jibia.
En el período de preparación de los reproductores y la cría es muy aconsejables añadir suplementos periódicos de vitaminas A, D3, E y C, que previenen esterilidad y abortos, mejorando el crecimiento e incrementando las defensas frente a las infecciones.
Buen complemento alimenticio es el huevo duro, el pan rallado integral, la harina de maíz y las semillas ya germinadas o hervidas de oleaginosas. Los progenitores deberán estar habituados a la alimentación que les vayamos a ofrezcer a las crías. Los jilgueros progenitores en época reproductora ofrecen a sus crías insectos y larvas de gusanillos u orugas, por lo que también les suministraremos larvas de Tenebrio molitor y/o de otros insectos como pulgones, huevos de hormiga, lombrices pequeñas, etc., para aumentar la ración de proteinas en el periodo de crecimiento de las crías. Los alimentos deberán, por supuesto, ser frescos y deberán ser renovados varias veces al cabo del día.