El Felis silvestris, gato montés, vive como especie una lenta agonía al sur de España y sus poblaciones disminuyen en toda Europa.
Estudio realizado en Castilla-La Mancha, en el Parque Nacional de Cabañeros, ha confirmado los peores augurios, puesto que la densidad del gato montés en esa área protegida se sitúa entre las más bajas de Europa, estando muy por debajo de la densidad considerada óptima para la especie y los científicos hablan “extinción silenciosa” ya abiertamente.
“Nuestros resultados apoyan una densidad extremadamente baja de gatos monteses europeos en un área altamente protegida (parque nacional de Cabañeros), lo que sugiere que esta población probablemente esté atravesando un proceso de extinción”.
Esta la principal conclusión del estudio realizado por científicos del G.I. en Gestión de Recursos Cinegéticos y Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM), al frente del cual está el doctor Pablo Ferreras. En la investigación también colaboran investigadores de la Universidad de Málaga y del portugués CIBIO-Universidad de Oporto.
Los autores del trabajo plantean la necesidad de más estudios y la urgencia de aplicar medidas de conservación sobre todo en el extremo SO de la distribución de la especie en Europa.
En Cabañeros Solo quedan 15 gatos monteses con una muy baja densidad de población, cuyas causas advierten que podrían estar en la baja disponibilidad de presas como podrían ser los conejos y otros pequeños mamíferos. Dicen que esta circunstancia podría haber desencadenado lo que llaman “un proceso de vórtice de extinción”.
Los investigadores aplicaron un modelo de trabajo que incluyó
- capturas en vivo con identificación individual,
- capturas de cámara sin identificación individual
- y seguimientos por radio.
La investigación presenta dificultades
- la dificultad para distinguir gatos monteses de otros felinos
- y la ausencia de censos específicos.
Los expertos concluyeron que están experimentando las poblaciones de gato montés ibérico “reducciones demográficas y un aislamiento creciente”, estimando de “urgente” identificar las causas de tal declive.
“Argumentamos que, en situaciones como la que identificamos en esta área protegida, la mejora de la abundancia de presas (conejos y pequeños mamíferos) podría fomentar la recuperación de la población”. Esto
- favorecería áreas de distribución más pequeñas
- aumentaría la supervivencia
- y la fecundidad.
Todo lo cual vendría a suponer “una mayor densidad de gatos monteses y a una reducción contacto con gatos domésticos en áreas periféricas, limitando los riesgos de hibridación y transmisión de enfermedades entre las dos especies”.
La mortalidad de este colectivo es debida a
- los métodos de control de depredadores no selectivos
- la pérdida y fragmentación de su hábitat
“Se necesitan con urgencia más estudios para orientar estrategias de conservación sólidas y revertir el declive de las poblaciones de gatos monteses del Mediterráneo”, quedan muy pocos ejemplares en el parque nacional de Doñana, donde en 2014 se informó de una “sorprendentemente baja abundancia de gatos monteses, a pesar de la protección legal de este espacio durante más de cinco décadas”, habiéndose constatado en 2009 la “drástica reducción de gatos monteses en la reserva natural de la Serra da Malcata (Portugal) y su sustitución por gatos domésticos en libertad».
Esta situación se da cuando la especie está “estrictamente protegida” en la legislación europea, figurando el gato montés en la lista roja de la UICN, Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
En España, igualmente está en peligro de extinción, existiendo en la Península Ibérica tres subespecies de gato montés:
- la Felis silvestris tartessia, habita al sur del Ebro y del Duero.
- la Felis silvestris silvestris, en el norte peninsular
- la Felis lybica jordansi, en la isla de Mallorca.
Fuente: https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs10531-021-02309-1